Fundación Eric Abidal

El 10 del Barça colabora con la
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¿Las sensaciones que sobrevuelan a estos tiempos del Barcelona FC? pareciera que dicen: “nada será igual”. En este recuento de años palaciegos vividos al amparo del “fenómeno Messi” todo se asemeja a lo difícil pero no imposible. Cuando las cosas se complican, se dan de frente contra situaciones adversas: el geniecillo frota sus botas de cristal, para obtener resultados, sonrisas, felicidad de la afición culé. Indefectible: los años se sucedan unos a otros, de manera indubitable, los memoriosos recordarán hechos puntuales: “aquel Barsa/Real” y/o aquel Barsa/Bayern”, poco importarán las fechas, si las circunstancias: regates, goles y festejos. El éxito, los triunfos siempre son acompañados por la estela que dejan los grandes (en todas las actividades), líderes en sus distintas facetas, positivos, hábiles, extremos…allí están y estarán. ¿El club catalán recibió algo parecido a una bendición? ¿Premio a cultivar jóvenes talentos? Sea cual fuere la razón: casi veinte años desde que arribara a La Masía, un niño de tan solo 13 años de edad. No dejó de deslumbrar, no deja de deslumbrar, esos talentos que muy de vez en cuando aparecen en el firmamento de este deporte: la ciudad de Barcelona fue, es y seguramente será su casa, su hogar, donde a la par de los triunfos deportivos, se educan sus hijos, reside la familia del mejor de todos los tiempos. Parte de la existencia, de la vida de los seres humanos.

 Pero…como excelso competidor, seguirá brindando lo mejor de sí en cada jornada en donde le toque acariciar, “dialogar” con una pelota de fútbol. Porque es distinto, porque hace de este juego de fricción, choque, algo maravillosamente sutil, de buen gusto para propios y extraños. Porterías, redes, adversarios, césped, universo que seguramente lo extrañarán: ¿quién lo hizo/hace/hará mejor que Lio? De cualquier manera: todo el universo deportivo: no piensa en ello: disfrutar hoy es la consigna: esa colección de seis Balones de Oro que descansan en sus vitrinas, son fiel testimonio de trabajo, dedicación, esfuerzo, superación para llegar a la cumbre. No solo ello: haber llegado y permanecer en la cúspide lo hace mas destacable aún.

Toda la afición azulgrana debe disfrutar estas Fiestas de Fin de Año a plena felicidad: la mesa está servida: manteles, guirnaldas, adornos…y el preciado regalo que Lio les entrega abiertamente: en ese Árbol de Navidad: penden seis balones de Oro… ¿ellos? Síntesis perfecta de una vida al servicio de este noble deporte.

 

Néstor Nanni

Colaborador

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